Columna de Opinión: Óscar Garrido, Rector ULAGOS “Educación Superior y Discriminación”

Columna de Opinión: Óscar Garrido, Rector ULAGOS “Educación Superior y Discriminación”

La semana pasada se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial promovido por las Organización de Naciones Unidas. En 1948, la Declaración Universal de Derechos Humanos proclamaba que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, más tarde, una resolución de la Asamblea General de la ONU de 1965 define la expresión discriminación racial, la que se entiende como toda diferencia que tenga por objeto anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de los derechos humanos y libertades fundamentales en las esferas de la vida pública.

La discriminación no es más que el reflejo de nuestra sociedad y a pesar de existir una mayor conciencia social sobre el tema, que recurrentemente está sobre la palestra en los medios de comunicación, no ha sido suficiente para erradicar comportamientos abiertamente discriminatorios. El racismo convive y se naturaliza en nuestra vida cotidiana y es validado por instituciones, prácticas, ideas y comportamientos, que suponen existen unas personas sobre otras. El solo hecho que existan clases sociales es la más nefasta forma de racismo oculto, que por pertenecer a una clase social, se puede gozar de más o menos derechos o tener acceso a una mejor o peor calidad de vida. Aquí, derechamente hablamos de desigualdad y distribución de la riqueza, donde los países latinoamericanos tenemos mucho que avanzar.

Como universidad regional que atiende preferentemente a alumnos de bajos ingresos socioeconómicos y promueve programas de inclusión académica orientados a facilitar el ingreso, acompañar sus trayectorias educativas y promover su formación en los tiempos esperados, nos sentimos orgullosos de promover el compromiso de una sociedad sin racismo ni discriminación alguna. Como universidad estatal nuestro referente es una educación de calidad y con valores éticos, donde prime la libertad académica, el laicismo, la equidad, el pluralismo, la diversidad y la tolerancia. Como personas y ciudadanos, también en cada uno de nosotros es necesario una reflexión introspectiva de nuestras actitudes y comportamientos frente a situaciones cotidianas de discriminación y racismo, para avanzar a una sociedad más justa y equitativa.

27 marzo, el diario austral de osorno



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