16 Jul Celso Arias M., Rector UDA: “La otra primera línea, la que se construye desde el conocimiento científico y tecnológico”
Sólo dieciocho días habían transcurrido y el Estado Excepción Constitucional se había decretado en el país, nos enfrentábamos a un poderoso e invisible enemigo, SARS COV-2.
El virus provocó una serie de consecuencias que difícilmente podíamos visualizar, situaciones como la detención de las actividades cotidianas, incentivo en la forma y uso de elementos de higienización, las medidas de distanciamiento espacial – socialmente ya estábamos bastante separados cómo lo hacía ver las manifestaciones de octubre de 2019 – y un sinfín más de alteraciones a las tradicionales formas de convivir.
En este entorno, retomar actividades supone una serie de desafíos, los cuales como nos son natural desde la mirada publica y estatal no podemos soslayar, el compromiso con nuestros estudiantes, con su formación y a través de ellos con el futuro de la sociedad es innegable.
El conocimiento que tradicionalmente albergan las universidades, hoy en día ha salido desde las salas, laboratorios, centros de investigación y centros de estudios, para confrontar al colosal enemigo invisible.
Ante las más variadas dificultades que enfrenta nuestras comunidades universitarias, la universidades regionales han entregado apoyo en todos los ámbitos, tratando con ello ser un vehículo resolutorio de las dificultades causadas por la pandemia. En este empeño cada institución no ha sesgado ni un minuto, ni ha escatimado recursos para propiciar el mejor y más eficiente desarrollo de los procesos de enseñanza aprendizaje. La migración casi instantánea en el uso de medios de comunicación y educación a distancia es prueba de ello, a sabiendas que es la forma más segura de cuidar y proteger nuestras comunidades.
Sin embargo esta decisión desveló otra carencia, la imposibilidad de miles de estudiantes que no contaban ni con los mínimos recursos para desenvolverse de manera adecuada en un entorno virtual, propio de este milenio y ad portas de la robotización de la sociedad.
Este hecho nos produce una profunda sensación de conflicto, ¿Cómo puede ser posible que aun existan lugares en el país que no tienen la cobertura adecuada de conectividad? ¿Cómo puede ser posible que personas que aspiran a contribuir con el crecimiento y desarrollo de una nación no cuenten con un computador y una conexión a Internet? ¿Cómo puede ser posible esto en el siglo XXI?.
Pues bien, a partir de esta carencia las instituciones regionales estatales y públicas abordaron el tema y propiciaron cada una de ellas la beca conectividad, transfiriendo a sus estudiantes tanto un dispositivo de conexión como también un computador. Es importante destacar que estos esfuerzos son realizados desde las posibilidades con las que contamos, reasignando recursos, priorizando a partir de la contingencia, puesto que es sabido que, como ha sucedido con otros sectores, la educación superior ha sido permanentemente precarizada en pos de miradas economicistas, que muchas veces no contemplan la importancia de la movilidad social que supone la formación profesional en regiones.
Ahora bien, el conocimiento que tradicionalmente albergan las universidades, hoy en día ha salido desde las salas, laboratorios, centros de investigación y centros de estudios, para confrontar al colosal enemigo invisible. Estableciendo desde un enfoque multidimensional, otra primera línea, la que se construye desde conocimiento científico y tecnológico. Hemos volcado todos nuestros esfuerzos en el desarrollo de dispositivos de protección personal, construcción y transformación de aparatos médicos para la intervención invasiva y no invasiva de pacientes, el apoyo psicológico a la comunidad producto del estrés del confinamiento permanente, la capacitación a distancia del personal médico de regiones y por supuesto la detección oportuna de los contagios a través de la Red de Laboratorios Universitarios.
Todos estos son elementos que evidencian la importancia de la descentralización del desarrollo científico y tecnológico, pues si nuestras instituciones regionales no contaran con los investigadores necesarios para realizar tal tarea, difícilmente podría ser abordada desde el Gobierno Central.
Este es un instante de reflexión necesario para la sociedad, nos debemos permitir revisar qué estamos haciendo por el presente y futuro del país, ya que las consecuencias que ha provocado un enemigo diminuto y escurridizo ciertamente son gigantescas. Quizá no toda la responsabilidad sea de SARS COV – 2, pues la humanidad ha tratado con este tipo de enemigos en varias oportunidades, sin embargo ahora tenemos la posibilidad de tomar las decisiones que si llegado el momento nos toca combatir con un nuevo enemigo invisible, seamos una sociedad mejor preparada, con alta capacidad de respuesta y con una alto grado de confianza en sus instituciones de educación públicas y regionales.
Fuente: El Quinto Poder 15.07.2020
https://www.elquintopoder.cl/educacion/la-otra-primera-linea-la-que-se-construye-desde-el-conocimiento-cientifico-y-tecnologico/