20 Jul Patricio Sanhueza V., Pdte. AUR y rector UPLA: “Una emergencia no priorizada”
Estoy preocupado. Como rector de la Universidad de Playa Ancha y presidente de la Agrupación de Universidades Regionales de Chile (AUR), en permanente contacto con mis pares de todo el país, conozco la delicada situación financiera en que se encuentran nuestras instituciones debido a la situación sanitaria, social y económica actual. Una realidad que el Gobierno también conoce, pero que no aquilata ni toma en cuenta.
La imposibilidad de las comunidades universitarias de acceder a las instalaciones ni a varios de los beneficios y servicios que otorgan nuestras instituciones, sumado a las dramáticas dificultades económicas de muchas familias afectadas por los impactos de la pandemia, ha derivado en que conjuntos de estudiantes continúen desertando -definitiva o temporalmente-, en números que nunca habíamos visto. Chile tiene un modelo de financiamiento de la educación superior deficiente, basado en un subsidio a la demanda (número de estudiantes) muy sensible a esta coyuntura. Esta deficiencia ha afectado especialmente a universidades regionales. La gratuidad, que aplaudimos como un avance en equidad, presenta problemas estructurales que han aumentado el déficit de las instituciones.
Tenemos, entonces, un sistema de financiamiento defectuoso durante décadas, que no se hace cargo de la heterogénea realidad del país, basado en una demanda que, de pronto, disminuye considerablemente o que, endémicamente, presenta menores matrículas por diversas causas. Incluso instituciones con fuertes espaldas económicas sufren los efectos de esta realidad.
Sin embargo, todas con gran esfuerzo y privaciones siguen desarrollando sus actividades en favor de sus estudiantes, territorios y acervo cultural regional y nacional. Ante la emergencia por el covid-19, las universidades han sumado compromisos y esfuerzos adicionales. En las regiones del país sólo las universidades de AUR han formado una red nacional de laboratorios covid-19 en todo Chile y lo han hecho con vocación pública y sin afán de lucro.
Siempre es así: las universidades, especialmente las regionales y las estatales, privilegian por sobre todo a sus estudiantes, su comunidad y el país. Está en nuestro ADN.
Pero las soluciones al problema actual de financiamiento no llegan. El Gobierno ha dicho que las universidades no son prioridad, pero llegamos a un punto de quiebre. Sin apoyo financiero, sin la aceptación de las soluciones propuestas por las universidades y que no conllevan nuevos desembolsos del Estado, se pone en peligro la calidad de la educación, la investigación, la creación y la innovación, que desmotivarán a académicos, estudiantes y funcionarios, que afectarán acciones de vinculación con el medio, que reducirán el trabajo con la comunidad, que perjudicarán capacidades humanas y de infraestructura esenciales para Chile, como los laboratorios reconvertidos que colaboran en erradicar la pandemia, todo lo cual nos hace concluir en la falta de visión en la priorización de las emergencias que tiene el país. En este caso, se está jugando con el futuro.
¿Las universidades no son prioridad para Chile? Esa pregunta y su respuesta es lo más preocupante.
Fuente: Mercurio Valparaíso 19.07.2020
https://www.mercuriovalpo.cl/impresa/2020/07/18/full/cuerpo-principal/8/