28 Sep Diego Durán J., rector UCM: “Importancia del impacto de la investigación en regiones”
Actualmente, las universidades de la Red G9 estamos impulsando fuertemente la investigación e innovación desde las diversas macrozonas del país. Una muestra es la gestión que se está realizando desde la macrozona Centro Sur, donde las universidades junto a centros de investigación, la empresa privada y organizaciones sociales se han unido para levantar diversas propuestas asociadas, tanto con el proyecto Corfo del consorcio para la gestión de recursos hídricos como también el primer concurso nodos para la aceleración de impacto territorial de la CTCI de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo.
Por otro lado, el contexto de la pandemia ha derivado en que las instituciones del G9 coloquemos todas nuestras capacidades para generar nuevas ideas e investigaciones que potencien el diagnóstico, prevención y tratamiento del covid-19 en la población con el fin de responder de manera eficiente, creativa y rápida en dar respuesta a las diversas necesidades regionales que no solo se concentran en responder en el ámbito clínico-experimental y de salud pública, sino también en contextos sociales y educacionales, donde debemos responder con nuevas ideas y formas de llegar al territorio y a las comunidades escolares, en contextos donde la brecha digital y geográfica es significativa y donde la identidad regional influye directamente en la forma de cómo se enfrenta la crisis sanitaria, las demandas sociales, laborales y económicas que se han intensificado en este periodo.
Sentimos que estas iniciativas son un ejemplo poderoso de hacia donde debemos apuntar como país. Es por eso que, a nivel de sistema de educación superior, más que estar compitiendo de manera individual por recursos y fondos para cada institución, debemos sumar la experiencia y recursos de las universidades de la Región Metropolitana con la trayectoria y potencialidades de las universidades regionales, con el fin de impactar justamente en las diversidades locales y necesidades que al final trascienden las macrozonas y nos afectan de igual manera, un ejemplo de ello es la crisis del agua.
Pensar que los proyectos son de regiones o de universidades específicas solo porque tienen publicaciones o proyectos emblemáticos en dicha temática es un error profundo. Se debe ir más allá y evaluar realmente el impacto de cómo se transfieren las tecnologías y conocimientos hacia la población, hacia las empresas y comunidades locales incorporando a la docencia en esa experiencia y a la formación de capital humano avanzado que pueda proyectar sus conocimientos y experiencias en la misma región que interviene.
Las universidades deben unirse y pensar en proyectos en conjunto, identificadas con la gente y donde la experiencia de conocer y crear sea una sinergia entre la academia y el territorio, realmente centradas en el significado de la experiencia humana y en la realidad medioambiental que nos rodea. Es relevante, por lo tanto, que conversen las entidades gubernamentales. Las exigencias que evalúan la calidad de las universidades aún exigen productos centrados en el impacto individual de los investigadores y no se concentran en el vínculo de la institución con su realidad regional y nos tenemos que centrar en estándares centralistas que solo son ejecutables en grandes ciudades con diversidad de temáticas urbanas y que se concentran en números o cantidades de productos más que en el contenido de sus investigaciones o si efectivamente son prioridad y tienen sentido para la gente.
En la colaboración está la clave, así como en la mirada transdisciplinaria y, por sobre todo, en dar respuesta rápida y eficiente a lo que como país debemos proyectar, ya que más allá de las necesidades inmediatas como la pandemia, también es necesario generar nuevas posibilidades para superar las inequidades y realmente hacer de la ciencia, la innovación y la tecnología una experiencia armónica y constructiva para la sociedad y no solo en un bien asequible para ciertas élites académicas. En este sentido, es relevante que se siga aumentado el presupuesto en ciencia e innovación con este incentivo colaborativo, donde se mida de forma concreta el impacto en todo el país. Precisamente a este trabajo colaborativo como Universidad Católica del Maule y la Red G9, es que estamos comprometidos para el desarrollo de nuestro país.
Fuente: El Mercurio 28.09.2020
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