05 Dic Benito Umaña H., Vicepresidente AUR y rector UBB: “Un actor clave de la historia y futuro de las regiones”
Es imposible entender la historia y desarrollo de las regiones sin considerar sus universidades. Los centros universitarios regionales adscritos al Consejo de Rectores y que conforman la Agrupación de Universidades Regionales (AUR), se despliegan desde Arica a Punta Arenas. Según datos aportados por la presidenta de la AUR Natacha Pino, rectora de la Universidad de Aysén, su matrícula es de 230.000 estudiantes (alrededor de un tercio del sistema) y sus comunidades académicas suman 20 mil docentes e investigadores/as.
Se trata de universidades acreditadas, que aportan del orden del 40 al 45 por ciento de la investigación indexada en Chile y captan 35-38 por ciento de los recursos públicos (Ministerio de Educación, Corfo, ANID y otros), impulsando proyectos vinculados a los desafíos históricos, sociales, ambientales, productivos y tecnológicos de su entorno.
Aportan “vida universitaria” -además de empleo y servicios- a las ciudades y enriquecen el entramado social y cultural. Cubren amplias áreas del saber y son formadoras de quienes protagonizan el desarrollo regional: autoridades y dirigentes; empresarios/as y ejecutivos/as; profesionales e intelectuales. Colaboran activamente en las estrategias y políticas públicas de sus regiones y acogen e integran a los grupos socio-territoriales más vulnerables o marginados, pueblos originarios, mundo campesino, comunidades aisladas, población penal, personas con discapacidad, inmigrantes y adultos mayores. Más que universidades, son polos de desarrollo.
Los planteles de la AUR se alzan como uno de los cuatro principales agentes de progreso de las regiones, junto con la sociedad civil y los sectores público y privado. En este escenario, el desafío es implementar un trabajo colaborativo basado en un modelo de cuádruple hélice, que involucre a organismos del Estado, el mundo empresarial, la academia y las comunidades, y que permita ir más allá de los diagnósticos, gran parte de los cuales ya están hechos y son conocidos. Debemos superar desconfianzas y visualizar nuevas oportunidades para el desarrollo de proyectos concretos.
Hoy las regiones nos exigen -y es también de interés para la AUR-, fortalecer el trabajo conjunto con los distintos actores, incluyendo la colaboración interuniversitaria. Las universidades deben continuar proyectando su energía hacia un ecosistema superior, en el que la cooperación es la gran herramienta para alcanzar un mejor entendimiento, crecimiento y bienestar de nuestras comunidades.
Fuente: El Sur 04.12.2022
https://www.elsur.cl/impresa/2022/12/04/full/cuerpo-principal/3/