28 Ago Carlos González M., rector UPLA: “Fotografías que movilizan memorias”
Antes de los tiempos digitales y de Photoshop, una fotografía era un trozo de verdad. Pero, a la vez, podía ser mucho más.
El miércoles pasado, la Universidad de Playa Ancha tuvo el honor de contar con la presencia de Chas Gerretsen, fotoperiodista holandés de gran renombre y trayectoria, quien participó en un conversatorio con la comunidad universitaria a propósito de la publicación de su libro “Chile. El archivo fotográfico 1973-1974”, que pronto saldrá a la venta en nuestro país.
La obra contiene más de 300 fotografías, muchas de ellas inéditas, las que tomó durante un período especial de nuestra historia: antes, durante y después del golpe cívico militar. A Gerretsen le pertenecen algunas de las imágenes que recorrieron el mundo para mostrar lo que ocurría en este rincón del mundo. Es común destacar su fotografía del general Augusto Pinochet, mirando al frente con lentes oscuros, los brazos cruzados y una expresión severa. Aún aparece constantemente, en Chile y en el extranjero, cuando se trata de representar ese período.
Junto a las fotografías de las personalidades políticas, otras muestran a la gente común durante esos años: comiendo, viajando en micro, manifestándose en las calles…
Frente a una fotografía, son muchos los elementos que podemos rescatar al momento de valorarla. Si consideramos al autor, podríamos mencionar su capacidad para destacar el sentido y la dimensión del objeto observado, la serenidad necesaria en algunos momentos, su maestría para definir el contexto y la locación, el sentido de humanidad al momento de capturar una imagen.
Pero lo más destacable es lo que esa imagen evoca o despierta en quien la observa. Cada fotografía encierra una historia, un momento, un mensaje, un anhelo, un sueño… Frente a ese fragmento capturado para siempre, es la propia persona la que le da significado, a partir de sus propios recuerdos y experiencias. La usa para reconstruir a posteriori los hechos vividos, comparar momentos, sumar experiencias, proyectar dolores, penas, alegrías o nostalgias.
Por supuesto, es lo que nos ocurre con la obra de Chas Gerretsen, que aporta a la construcción de nuevos significantes, los que a su vez nos permiten volver a mirar una parte importante de nuestra historia. Es un ejercicio de memoria que pone en valor, a través de las imágenes, historias de testigos directos de aquella época.
Es una forma de renovar la memoria, principalmente para las nuevas generaciones, esas que podrían estar hoy muy distantes de los hechos que ella evoca. Lo propio de la memoria, entonces, no son los hechos pasados que trae al recuerdo, sino los significados que hoy somos capaces de atribuirles.
Cada fotografía es una ventana al pasado y, a la vez, un espejo de nosotros mismos, que nos muestra un reflejo perdido, difuminado por la violencia y el olvido.
Como sociedad, cuando estamos recordando 50 años de esos hechos, también podemos extraer una lección. La memoria asociada a los momentos retratados nos obliga a trabajar arduamente por conseguir un país que, sobre todo, respete de manera irrestricta los derechos humanos y, por supuesto, que refuerce el “Nunca más” ante el quiebre de la democracia.
Fuente: El Mercurio Valparaíso 26.08.2023
https://www.mercuriovalpo.cl/impresa/2023/08/27/full/cuerpo-principal/10/