04 Mar Patricio Sanhueza V., Presidente AUR y Rector UPLA: “Comunicaciones, democracia y universidades”
Para quienes creemos en la democracia como forma de organización política y de convivencia, no tenemos duda de que las comunicaciones sociales juegan un rol fundamental en el buen o mal funcionamiento del sistema. Uno de los derechos que debe cautelar la democracia es la libertad de prensa y de información, como una manera de asegurar que la comunidad se forme opinión fundada en lo que ocurre. Los medios de comunicación tienen una inmensa responsabilidad en el fortalecimiento de la democracia a través de su trabajo serio, veraz y oportuno.
Hace tiempo que las instituciones han venido cayendo en reconocimiento y prestigio social, lo que ha conducido a una pérdida de confianza que se muestra día a día en el acontecer cotidiano y en encuestas y consultas sobre la valoración que la comunidad tiene respecto de su desempeño. Algunos medios de comunicación formalmente constituidos no han tenido el debido cuidado en este delicado tema y, más bien, han contribuido al desprestigio y pérdida de reconocimiento de personas e instituciones. Por otra parte, las redes sociales, que en sí mismas pueden considerarse una modernización tecnológica y que han cubierto un gran espectro en materia de comunicaciones e informaciones interactivas, dominan el espacio a través de noticias e informaciones que, en algunos casos, no tienen identidad, ni garantizan veracidad ni oportunidad, diluyéndose la responsabilidad en el anonimato de fuentes y emisores.
La concentración que ha caracterizado al país por tantos años, en casi todos los ámbitos, comprende también a los medios de comunicación y esa ha sido una de las falencias de nuestra democracia. La concentración territorial, especialmente en Santiago, y las grandes cadenas que reúnen la propiedad de los medios han limitado la descentralización del país. Los medios locales y regionales son escasos. En países con historia democrática más arraigada han garantizado el pluralismo informativo y fortalecido los medios locales, regionales o provinciales. Un estudio de derecho comparado permitió llegar a la conclusión que países como Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Alemania y Canadá, entre otros, han buscado profundizar la democracia, asegurar el pluralismo informativo, cultivar la identidad territorial y, con ello, aportar al desarrollo.
La dignidad es un concepto aplicable a todos y todas, a personas e instituciones. La honra y el reconocimiento son bienes que se ganan con trabajo, perseverancia y honestidad, que cuestan mucho construir y poco destruir. El destierro al abuso, colusiones, fraudes y corrupción son temas que debemos enfrentar derechamente y los medios comprometidos con la democracia debieran estar dispuestos a colaborar. Así también son atentados a la dignidad de personas e instituciones las malas prácticas y la crítica mal intencionada, como también la omisión de protocolos que obligan a confrontar la información con las personas o instituciones que recibirán un perjuicio por informaciones incompletas o erróneas.
Las universidades tienen también una gran responsabilidad en estas materias, ya que es en ellas donde se forman periodistas y editores, profesiones y oficios de gran responsabilidad e interés público y social que requerirán siempre asumir, irrenunciablemente, principios y valores éticos insoslayables e incorruptibles para que, en su misión profesional, se cumpla con los propósitos superiores de las comunicaciones en el sentido humano, social, cultural y democrático.
Fuente: El Mercurio Valparaíso 23.02.2020
https://www.mercuriovalpo.cl/impresa/2020/02/23/full/cuerpo-principal/10/